Hegemonia Cultural
Al observar atentamente hoy día los medios de comunicación de Occidente, uno se encuentra frecuentemente con noticias sobre la teoría de la evolución. Grandes organizaciones de información bien conocidas, emiten periódicamente notas sobre este tema. El método que emplean implica que esta teoría es una realidad absoluta desde el momento que establecen que no ha quedado nada sin discutir. El recurso publicitario más empleado es el que indica que el "eslabón perdido" en la cadena de la evolución se completa con un reciente hallazgo fósil. Un esqueleto encontrado en algún rincón del mundo se convierte, especialmente, de acuerdo con esas noticias, en la prueba más terminante de que los ancestros de los seres humanos son seres "parecidos a los monos". A veces aparecen artículos que no toman la evolución como un tema singular sino como referencia. La mayoría de los artículos que tratan cualquier tema relacionado con la biología, se refieren a la teoría de la evolución como una realidad absoluta y definida.
Esta campaña de propaganda se apoya sobre fuentes básicas que operan en conjunto. Los "científicos" se ligan a la teoría antedicha con gran devoción, en tanto los medios de comunicación presentan sus trabajos al mundo como verdades absolutas.
¿Por qué se lleva a cabo con tanta insistencia esta propaganda dual ? Como examinamos en los capítulos anteriores, se ha demostrado de manera continua que la teoría de la evolución es falsa para los propios criterios de la ciencia y está desacreditada en el más alto grado. Por lo tanto, las dos fuentes básicas de la propaganda en ese sentido deberían renunciar a su devoción a la teoría de la evolución y buscar nuevas explicaciones. Sin embargo, continúan defendiéndola con insistencia y fuerzan a la gente a admitirla. ¿Por qué?
Dado que la teoría de la evolución es negada por la ciencia, la consagración a la misma no se puede explicar por medio de motivos científicos. Por lo tanto tenemos que buscar la respuesta a esta cuestión en otra parte. Puesto que la dedicación de una importante parte de los medios de información y círculos científicos no tienen un sentido científico, queda entonces por considerar solamente causas ideológicas, sociales y políticas.
Al considerar la ciencia política con el objeto de hacer una crítica sobre esta cuestión, nos encontramos con algunas teorías interesantes. Una de ellas es la "teoría de la hegemonía" desarrollada en este siglo por algunas personas dedicadas a la política científica.
De acuerdo a esta teoría, los poderes que dominan sobre las sociedades modernas no controlan por medio de la fuerza a las masas sobre las que aplican su hegemonía. Usan al efecto un medio más efectivo: la persuasión. El proceso de persuasión se desarrolla de manera totalmente indirecta. Las masas dirigidas y controladas aprenden a evaluar el mundo a través de los criterios y medidas de quienes las dirigen. Este proceso de aprendizaje es realizado por medio de algunos mecanismos establecidos por los dirigentes. La teoría que da lugar a ello se denomina "hegemonía cultural" y es la infraestructura más importante de la hegemonía política.146
Lo que para nosotros hace interesante esta teoría es el hecho que define a los "intelectuales" como uno de los medios más atractivos para la aplicación de la denominada hegemonía cultural. De acuerdo a esto, los poderosos establecen la hegemonía sobre la sociedad valiéndose de una parte importante del pueblo conocida como intelectuales, por medio de los cuales imponen su visión del mundo. Cada una de esas "personas instruidas" se convierte en sostenedora y defensora de la visión de los poderosos, lo cual legitima el orden hegemónico. Entonces la teoría de la hegemonía cultural atrae en particular la atención de los académicos, es decir, en otras palabras, de los "científicos". En consecuencia, "la sociedad política (es decir, los poderosos que determinan los elementos de la política) penetra el mundo académico de una manera tan efectiva" que sus miembros se convierten en defensores de la ideología oficial, de los intereses de esa sociedad política.147
Por lo tanto esta gente instruida o científica no comunica al público las realidades tal como son sino las doctrinas que se presentan como realidades por parte de los manipuladores de la hegemonía. De esta manera pueden crear incluso un mundo totalmente imaginario.
Noam Chomsky, lingüista y científico político norteamericano, ha hecho una importante contribución para el esclarecimiento de la teoría de la hegemonía cultural. Chomsky señala un nuevo mecanismo, el cual se convierte en el principal medio para dicha hegemonía: los medios de comunicación, conocidos más ampliamente como "mass media". De acuerdo a Chomsky, en las sociedades capitalistas "democráticas", los medios de comunicación son un recurso para el "control de las ideas". Mantienen una relación muy estrecha con los sustentadores del poder y con los responsables de comunicar al público las noticias, no las realidades. Y el conocimiento que se comunica es solamente aquél que se adecua a sus enseñanzas, ocultándose cuidadosamente todo ese otro conocimiento que no cumple con el requisito de favorecer sus planes. Estas observaciones muestran de manera llana los signos de un "control de las ideas" central. Chomsky da numerosos ejemplos de esto en muchos estudios detallados que hizo sobre la mass media norteamericana.
Cuando consideramos en conjunto estas teorías sobre la hegemonía cultural y el control de las ideas, llegamos a conclusiones considerables e importantes: en las sociedades modernas de esta época, hay algún tipo de programa de "lavado de cerebro" conducido por las fuerzas dominantes. A la masa poblacional se le impone la visión que establece uno de los fundamentos de la potestad política de las autoridades dominantes. Para ese lavado de cerebro hay dos medios que son especialmente importantes: los intelectuales y los medios de comunicación (Indudablemente, esto no significa que todos los intelectuales y todos los medios de comunicación son instrumentos de los poderes dominantes. Existen tanto los intelectuales como los medios de comunicación "independientes", pero se los etiqueta de "marginales" y se los desprecia por "falta de mérito". De esta manera se pone el cimiento para que los intelectuales y los medios de comunicación se pongan al servicio de los mandamases de turno).
Es muy notable que estos dos elementos, es decir, los intelectuales y los medios de comunicación, sean al mismo tiempo los elementos más importantes de la propaganda hecha en nombre de la teoría de la evolución. Además, esta propaganda sobre la evolución no se aplica en una geografía determinada sino en casi todo el planeta. Esto requiere que una hegemonía cultural relacionada con la teoría de la evolución se caracterice también por lo global. ¿Es posible una hegemonía cultural así?
Sistema Mundial
Anteriormente mencionamos las teorías de la hegemonía cultural en relación con esa hegemonía general a nivel estatal. Pero es posible avanzar un poco más en la materia y discutirla en términos de sistema mundial.148 Porque, como enfatizan distintos teóricos políticos, existe un muy bien organizado "sistema mundial", el cual tiene un "centro" y una "periferia". Por lo tanto, posee fuerzas dominantes que dirigen a las masas bajo su órbita. La relación de poder que puede prevalecer en el interior de los estados también está presente en este sistema mundial.
Partiendo de este punto, es posible decir que dado que hoy día existe un sistema mundial totalmente desarrollado --el cual crece, se desarrolla y concentra cada vez más en términos generales--, debe existir también una hegemonía cultural impuesta sobre nosotros por medio del mismo. Y de acuerdo a la teoría sobre el tema, los dos medios más importantes de esta hegemonía cultural tienen que ser los intelectuales y los medios de comunicación.
¿Cuál es el contenido de esta hegemonía cultural? ¿Qué se nos está imponiendo a través de los medios de comunicación y de los intelectuales?
Estas preguntas se pueden responder de muchas maneras distintas. Como el sistema mundial es muy complejo, la hegemonía cultural a la que da vigor también es compleja. Tratar los distintos temas que integran el contenido de esta hegemonía cultural requiere un estudio mucho más voluminoso que el que hacemos aquí. Entonces sería más lógico determinar las características principales del sistema mundial y luego ocuparnos de lo que hace a la hegemonía cultural, la cual prepara los fundamentos de las características del sistema mundial.
Cuando nos planteamos cuál es la característica principal del sistema mundial, generalmente respondemos "el modernismo". El primer significado de "modernismo" es: "lo que resulta no tradicional". Y el contenido más importante de lo "tradicional", según lo considera el sistema mundial, es "la religión".
Contando con esto, podemos decir que la característica básica del actual sistema mundial es el secularismo, es decir, la irreligiosidad o no religiosidad. Porque, como analizaremos detalladamente en los próximos capítulos, este sistema mundial se establece por medio de la lucha contra las autoridades religiosas, y su subsistencia depende de que se mantenga bajo control a dichas autoridades.
Así, el aspecto más importante de la hegemonía cultural que intenta establecer este sistema mundial sobre las masas, sería la ausencia de religiosidad. ¿Enfrentamos realmente tal hegemonía cultural? Mucha gente responderá esta pregunta por la negativa. Dirá que existen algunos grupos que alimentan la propaganda dirigida a negar la religión, pero que se trata de una minoría, en tanto que los centros considerados del "sistema mundial" son normalmente respetuosos de la religión.
Hay gente que dice o piensa eso porque el sistema mundial no ataca las creencias religiosas de manera directa puesto que esa práctica no rinde los frutos apetecidos. El sistema mundial lleva esa propaganda contra la religión por medios indirectos, a través de los que quieren despojarla de sus contenidos genuinos y transformarla en un planteo simbólico, sometiéndola de esa manera a su hegemonía cultural. Quienes dicen que si bien el sistema mundial está lejos de ser religioso respeta de todos modos la religión, son los que ya se han adaptado a la hegemonía cultural, la cual ha entorpecido y limitado sus puntos de vista porque, a la inversa de la aseveración de Carlos Marx, el secularismo es el opio de los pueblos.
Uno de los medios de propaganda más importante empleado para atacar la religión indirectamente, es la teoría de la evolución, la cual se impuso al mundo a través de dos medios de la hegemonía cultural, es decir, los intelectuales y los medios de comunicación.
Ahora bien, ¿qué tiene que ver esta teoría con la religión?
La Creación Y La Evolución
En Europa, hasta comienzos del siglo XIX, había una respuesta común a la pregunta de cómo pasó a existir la naturaleza: las cosas vivas aparecieron de acuerdo a como estaba escrito en los libros Providenciales. Es decir, todo fue creado por Dios, Quien ha creado todo el universo de la nada de una manera sabia y consciente. Dios creó primero los cielos y la tierra y luego colocó las cosas con vida sobre la tierra, una por una. Y toda esta creación se completó en seis días. Esto que es creído por los cristianos y los judíos, también fue descrito en el último libro Providencial, el Corán. Mientras Dios pone de relieve en el Corán la creación del universo en seis días149, se dirige al pueblo de la siguiente manera:
Vuestro Señor es Dios, Que ha creado los cielos y la tierra en seis días. Luego se ha instalado en el Trono (de autoridad). Cubre el día con la noche, que le sigue rápidamente. Él creó el sol, la luna y las estrellas, sujetos por Su orden. ¿No son Suyas la creación y la orden? ¡Bendito sea Dios, Señor del universo! (7:54).
En resumen, la creación de los cielos y de la tierra por Dios, es decir, de todo el universo y de todas las cosas vivientes en la tierra, resulta una creencia en común de las tres religiones reveladas. Como dijimos antes, Europa apañó esta creencia desde el siglo IV, época en que aceptó la Cristiandad prevaleciente y ratificó las fuentes Divinas. Sobre esta creencia se construyó una cosmología amplia y mundial.
Pero por otra parte, también se desarrolló una oposición a esa creencia. Algunas personas no querían admitir que el universo y las cosas vivientes fueron creados. Más aún, sufrían por encontrar una explicación alternativa. Los esfuerzos en esa dirección dieron sus primeros resultados substanciales a través de las teorías desarrolladas por George Buffon, Erasmus Darwin, Jean Baptiste Lamarck y otros biólogos. La teoría que fue presentada por estas personas y que afirmaba que las cosas vivientes brotaron una de otra como resultado de coincidencias, fue recogida finalmente por Charles Darwin, quien la desarrolló. El libro de Darwin, "Origin of Species", pasó a ocupar en la historia el lugar principal respecto de la causa de la evolución.
Por medio de la transmisión de la teoría de Darwin, la tendencia de los conceptos positivistas y ateos, que dominaron el siglo XIX, obtuvo una gran aceleración. Todos los ideólogos opuestos a la religión pensaban que se había propinado un gran golpe a la religión, por lo que felicitaron a Darwin incesantemente.
Después de ese período la teoría de la evolución fue usada como una carta de triunfo cada vez que se atacaba a la religión. Primero en las sociedades cristianas y luego en el mundo islámico, se transformó en el medio indispensable para la lucha en cada combate contra la religión.
Los que organizaban esos combates eran los que dominaban el sistema mundial, como recalcamos al inicio. Querían asegurarse una justificación para el sistema no religioso que habían establecido. A este objeto tenían que encontrar un modelo (una cosmología) que brindase una explicación antirreligiosa para el universo en su conjunto. El darwinismo y todas las otras versiones de la teoría de la evolución resultaron importantes porque erigieron gran parte de dicha cosmología.
Los científicos que la presentaron y desarrollaron fueron los "intelectuales al servicio de los dominadores" mencionados en la teoría de la hegemonía cultural. Habían adoptado la cultura secular poseída por los dominadores del sistema mundial y luego se dedicaron a desarrollarla.
No tardaron en llegar los otros medios de la hegemonía cultural para ayudar a esos intelectuales. Los medios de comunicación y luego los sistemas de educación asumieron la propaganda de la teoría de la evolución de manera creciente y acelerada. Así fue que los dominadores del sistema mundial, o en otras palabras, sus puntos de vista, comenzaron a imponerse sobre las poblaciones del mundo.
Y entonces se expandió esa hegemonía cultural.
Luego daremos prueba de todo esto.
En el capítulo diez trazaremos un cuadro general de la guerra empeñada contra la religión en el mundo occidental antes de la aparición de la teoría de la evolución. En el capítulo once nos ocuparemos de las razones que fuerzan a Darwin a desarrollar la teoría de la evolución y el respaldo organizativo y filosófico a la misma. En el capítulo doce mostraremos cómo las ideologías antirreligiosas del mundo moderno confiaron en la teoría de la evolución. En el capítulo trece examinaremos los órganos de los medios de comunicación social que asumieron la difusión de la teoría de la evolución entre el público como la tarea principal, y también veremos las técnicas de propaganda que emplearon para ese fin así como las conexiones organizativas entre ellas. En el capítulo catorce expondremos la falsedad de los científicos que entendieron la teoría de la evolución como una religión y luego el gran engaño de una "religión de la ciencia", que dejó su impronta en la época moderna.
Y veremos que la teoría de la evolución no es más que un engaño impuesto por los dominadores del sistema mundial. Un engaño que organizaron para establecer una "hegemonía cultural" sobre nosotros y hacernos adoptar su propia visión secular.
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